infoinfusion 11 diciembre, 2023 | Hace 11 meses
En el vasto compendio de la historia de la Ciudad de México, resalta un acontecimiento indeleble en la memoria colectiva: la desaparición de la máscara maya de Pakal, sustraída del Museo Nacional de Antropología en Chapultepec en una inolvidable víspera navideña.
La madrugada del 25 de diciembre de 1985, unos audaces ladrones irrumpieron en el Museo Nacional de Antropología en Chapultepec. Saltaron la barda metálica del museo, adyacente a Paseo de la Reforma, para infiltrarse a través de los conductos de aire acondicionado. Durante aproximadamente tres horas, despojaron al museo de 140 valiosas piezas de las salas Maya, Oaxaca y Mexica. Este acto delictivo fue meticulosamente planeado, aprovechando la posible disminución de la seguridad durante la festividad navideña, cuando los guardias redujeron sus rondas habituales.
El impacto de este robo resonó a nivel nacional e internacional. El presidente en ese entonces, Miguel de la Madrid, ordenó una investigación exhaustiva y el caso fue reportado a la INTERPOL, involucrando a más de 150 países. La Asociación de Amigos del Museo Nacional de Antropología ofreció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que condujera a la recuperación de las valiosas reliquias.
El aura de misterio que rodeaba a los ladrones se disipó cuando las autoridades descubrieron que no se trataba de hábiles delincuentes internacionales, sino de dos jóvenes universitarios de clase media. Carlos Perches y Ramón Sardina, de 25 y 26 años respectivamente, fueron identificados como los responsables. Escondieron las piezas en la casa de Perches, ubicada en una zona residencial de Ciudad Satélite, Estado de México. El destino de las piezas tomó rumbos diferentes: Perches fue capturado y Sardina desapareció con las valiosas reliquias.
Tras un largo y meticuloso proceso de investigación, el 12 de junio de 1989, se anunció la recuperación exitosa de todas las piezas robadas. Este suceso motivó un llamado del presidente De la Madrid a la preservación y valorización de las raíces culturales, mientras el Museo Nacional de Antropología exhibió las piezas en un apartado especial, marcando un hito en la historia cultural de la ciudad.
La máscara de Pakal, una joya histórica de la cultura maya, representa una pieza crucial en la cosmovisión de esta civilización. Conformada por un mosaico de 349 fragmentos de piedra verde, con ojos de concha e iris de obsidiana, la máscara presenta una deformación craneal. Para los mayas, encarnaba los elementos vitales, como el agua y la sangre, así como la regeneración del mundo vegetal, siendo un símbolo irremplazable de su mitología y cosmogonía ancestral.