infoinfusion 12 abril, 2017 | Hace 8 años
De acuerdo con la calendarización los estados de Coahuila y Nayarit arrancaron campañas electorales el pasado domingo 2 de abril, mientras que en el Estado de México la contienda inició un día después, pero al igual que en la otras dos entidades, hasta el día de hoy, más que las propuestas, prevalece el desgaste político con acusaciones y descalificaciones entre los candidatos.
En Veracruz, donde este año se renovarán ayuntamientos, será hasta el próximo 2 de mayo cuando comience la actividad proselitista, en donde indudablemente también el arranque y desarrollo se dé de manera similar: entre descréditos y señalamientos por el uso de programas sociales, compra de votos y corrupción, pero lo más irritante de todo, con un exagerado gasto financiero para tan bajo nivel político electoral.
El costo presupuestario en la disputa por el poder en estas cuatro entidades asciende a 4 mil 28 millones de pesos. En un país con millones de mexicanos sumidos en la pobreza, observaremos nuevamente como cada año electoral un absurdo despilfarro de recursos públicos, lo que inevitablemente implica recortes presupuestarios a programas sociales, de educación y salud, tan necesarios para los más desfavorecidos.
Y eso no es todo, porque si dicha cantidad la sumamos al presupuesto electoral de las 28 entidades que no tendrán elecciones este año, el cual asciende a 7,219 mdp, más el presupuesto federal para el funcionamiento del sistema electoral (18,277 mdp que incluye INE, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Fepade y financiamiento público de partidos nacionales), el total de nuestra incipiente democracia electoral en 2017 remonta a casi 30 mil millones de pesos.
De acuerdo con el último reporte de Integralia Consultores, el costo del voto en Nayarit será el más caro con 222 pesos; de igual manera señala que las elecciones de Coahuila (42.1 por ciento) y Nayarit (81.6 por ciento) serán las más costosas con relación a los procesos electorales de 2005 y 2011. Por el contrario, en el Estado de México el costo se redujo en un 11.8 por ciento en relación al del 2005, aunque el promedio general en los cuatro estados, que es de 203 pesos, sigue siendo elevado.
Pese a reformas nuestra democracia continúa resultándonos lastimosamente costosa pero lo más preocupante, es que evidencia más debilidades que fortalezas del propio sistema electoral mexicano. Y es que a más dinero sigue habiendo mayor corrupción, pues por cada peso presupuestal para financiar campañas se abre la posibilidad de que al menos seis pesos más se adicionen de manera ilegal, que por obvias razones no se reportan.
Erradicar el creciente costo de las campañas políticas y el financiamiento ilegal a las mismas es urgente, no solamente para cuidar la equidad de las contiendas, sino para combatir la imperante corrupción gubernamental. La realidad es que todo queda en el efímero discurso, mientras el país sigue inmerso bajo los altos índices de corrupción.
Muchos gobernantes una vez que han llegado al poder tienen que pagar las llamadas cuotas políticas; las facturas de quienes financiaron sus proyectos de campaña, para lo cual pueden desviar recursos públicos, manipular los concursos de obra, otorgar cargos en sus respectivos gabinetes y todo tipo de privilegios.
La vocación de servicio de los políticos se queda en las líneas discursivas de las promesas hechas en campaña y, cuando ostentan el mando, con gran frecuencia declinan de su función al dejar de revisar las cuentas de sus antecesores, incentivando con ello la corrupción y el dispendio; retroalimentando el circulo vicioso de esa interminable cultura de la impunidad.
EN LA BALANZA.- Otra práctica difícil de combatir por su arraigo social ha sido el clientelismo electoral, como la movilización y la compra del voto. Aunque en los últimos comicios su eficacia ha mermado, los candidatos siguen gastando sumas enormes de efectivo en dichas estrategias, pero cada vez son más los propios grupos organizados desde la sociedad, los que piden e incluso extorsionan en busca de beneficios económicos a cambio de votos.
CERROS SECOS Y PELONES…El pasado viernes rindió protesta la nueva mesa directiva de la asociación: Constructores Laguneros de Durango A.C. allá en la ciudad de Gómez Palacio. Todos ellos, constructores de la Laguna de Durango encabezados por Alejandro Adriano Sepúlveda, se unen para buscar que sean ellos quienes puedan participar en todas las obras de las diferentes especialidades, que realice el Gobierno del Estado en aquella región, ofreciendo presentar mejores propuestas de acuerdo a las necesidades reales y que los recursos se queden de este lado de la comarca.
Twitter: @Vic_Montenegro