infoinfusion 30 abril, 2024 | Hace 3 semanas
El drama de Margarita Alanís ilustra la realidad de cientos de familias en México afectadas por el feminicidio.
Tras perder a su hija en 2016, Margarita, de 66 años, se encontró sola frente al duelo y la responsabilidad de criar a sus dos nietos. La falta de apoyo gubernamental la sumió en una lucha no solo emocional, sino también económica y social.
A pesar de las promesas y protocolos establecidos, la atención a las víctimas indirectas del feminicidio sigue siendo insuficiente. En el caso de Margarita, la asistencia psicológica que recibió inicialmente se desvaneció rápidamente, dejándola a ella y a sus nietos en un desamparo aún más doloroso.
El Protocolo Nacional de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes en condición de orfandad por feminicidio es una herramienta fundamental, pero su aplicación efectiva es escasa. La falta de registros actualizados y de seguimiento por parte de las autoridades deja en evidencia una grave falla en la protección de los derechos y la atención a estas familias vulnerables.
La historia de Margarita es solo una de muchas que reflejan la necesidad de acciones concretas y efectivas por parte del gobierno. La invisibilidad y el abandono de estas víctimas indirectas del feminicidio no pueden seguir siendo una realidad ignorada. Se requiere un compromiso real, que garantice no solo apoyo emocional, sino también económico y jurídico a quienes enfrentan esta tragedia.
La sociedad civil y las organizaciones dedicadas a esta causa demandan una respuesta contundente de las autoridades, que vaya más allá de las palabras y los protocolos sobre el papel. Es hora de que las políticas públicas se traduzcan en acciones tangibles que brinden un verdadero soporte a estas familias afectadas por la violencia de género.