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infoinfusion 24 marzo, 2023 | Hace 1 año

Los gran­des mu­seos de his­to­ria na­tu­ral se unen con­tra la cri­sis am­bien­tal

Los re­pre­sen­tan­tes de los 73 mu­seos de his­to­ria na­tu­ral más im­por­tan­tes del mun­do, han propuesto crear una base global que reúna la in­for­ma­ción de to­das las co­lec­cio­nes y sirva para afrontar la crisis climática y la pér­di­da de bio­di­ver­si­dad.

La ini­cia­ti­va, li­de­ra­da por Kirk John­son, di­rec­tor del Smith­so­nian, el mu­seo de his­to­ria na­tu­ral de Wa­shing­ton D.C. y uno de los más im­por­tan­tes del mun­do, se ha pu­bli­ca­do este jue­ves en un ar­tícu­lo en la re­vis­ta Scien­ce.

En el ar­tícu­lo, los res­pon­sa­bles de es­tos mu­seos sub­ra­yan que el con­jun­to de da­tos mun­dial que en­glo­ban es un re­cur­so que po­dría uti­li­zar­se para afrontar problemas mundiales como las es­pe­cies in­va­so­ras, la con­ser­va­ción de la bio­di­ver­si­dad, el cam­bio cli­má­ti­co o la pre­pa­ra­ción glo­bal con­tra una pan­de­mia.

Ventana al pasado y al presente del planeta

Y es que, las vas­tas co­lec­cio­nes que al­ber­gan los mu­seos de his­to­ria na­tu­ral son “una ven­ta­na al pa­sa­do y al pre­sen­te del pla­ne­ta” y unos re­cur­sos cada vez más im­por­tan­tes para la investigación de relevancia política, afir­ma el tex­to.

Por ejem­plo, la in­for­ma­ción de es­tas co­lec­cio­nes ha sido de gran ayu­da en cum­bres po­lí­ti­cas y tra­ba­jos como el úl­ti­mo in­for­me so­bre el Ca­len­ta­mien­to Glo­bal del Gru­po In­ter­gu­ber­na­men­tal de Ex­per­tos so­bre el Cam­bio Cli­má­ti­co.

Sin em­bar­go, pese a su gran va­lor, es di­fí­cil sa­ber qué da­tos se pue­den en­con­trar en es­tas co­lec­cio­nes dado que la in­for­ma­ción está “en gran medida inaccesible”, la­men­tan los au­to­res del ar­tícu­lo.

Información de las colecciones

De he­cho, como pri­mer paso ha­cia la in­te­gra­ción de las co­lec­cio­nes de his­to­ria na­tu­ral del mun­do en una in­fra­es­truc­tu­ra cien­tí­fi­ca glo­bal, los au­to­res analizaron los fondos de los 73 museos que, juntos, custodian más de 1.100 objetos.

El aná­li­sis de­mos­tró que la ma­yor par­te de la in­for­ma­ción de las co­lec­cio­nes no está disponible o se desconoce: solo el 16 por ciento de los objetos están digitalizados y ape­nas el 0,2 por cien­to de las co­lec­cio­nes bio­ló­gi­cas dis­po­ne de re­gis­tros ge­nó­mi­cos ac­ce­si­bles.

Este pre­do­mi­nio de “da­tos os­cu­ros” limita considerablemente el uso de las colecciones de los museos, ad­vier­ten.

“La eva­lua­ción que he­mos he­cho de las co­lec­cio­nes de his­to­ria na­tu­ral pone de ma­ni­fies­to que es ur­gen­te cen­trar los es­fuer­zos en ana­li­zar, sistematizar, proteger y compartir la información que custodian”, con­clu­ye John­son.

El ar­tícu­lo re­co­no­ce que el es­tu­dio no ha in­clui­do “a los cien­tos de mu­seos más pe­que­ños, sus co­lec­cio­nes y su per­so­nal, que cons­ti­tu­yen el res­to de la co­lec­ción mun­dial y que son es­pe­cial­men­te va­lio­sos por sus fon­dos re­gio­na­les y la es­pe­ci­fi­ci­dad de sus co­no­ci­mien­tos”.

Tam­bién aler­ta de que, pese al enor­me ta­ma­ño de al­gu­nas co­lec­cio­nes, to­da­vía se co­no­ce muy poco de áreas como los tró­pi­cos, las regiones polares o los sistemas marinos, don­de se de­be­ría au­men­tar el es­fuer­zo in­ves­ti­ga­dor.

Museos de historia natural en Norteamérica y Europa

Por úl­ti­mo, re­co­no­ce que la con­cen­tra­ción de mu­seos de his­to­ria na­tu­ral en Nor­te­amé­ri­ca y Eu­ro­pa -de­bi­do al pa­sa­do co­lo­nial- perpetua los desequilibrios de poder, por eso, sub­ra­ya el ar­tícu­lo, “en el fu­tu­ro es cru­cial que esa co­lec­ción glo­bal re­fle­je y de apo­yo a los mu­seos del res­to del pla­ne­ta.

A la vis­ta de todo esto, los au­to­res pro­po­nen “una hoja de ruta para que los mu­seos, fun­da­cio­nes, go­bierno, in­dus­trias y em­pre­sas aceleren y coordinen sus esfuerzos para generar esta colección global”, ex­pli­ca el di­rec­tor del MNCN, Ra­fael Zar­do­ya.

Esas re­co­men­da­cio­nes pa­san por ace­le­rar la co­lec­ta de ma­te­ria­les, dar un nuevo impulso al papel de las instituciones científicas, guiar la toma de da­tos man­te­nien­do una se­rie de cri­te­rios éti­cos y crear una in­fra­es­truc­tu­ra glo­bal que ten­ga en cuen­ta a las co­lec­cio­nes re­gio­na­les.

“Es­tas re­co­men­da­cio­nes son una hoja de ruta para que los mu­seos, fun­da­cio­nes, go­bier­nos, in­dus­trias y em­pre­sas ace­le­ren y coor­di­nen sus es­fuer­zos para ge­ne­rar esta co­lec­ción glo­bal. Un es­fuer­zo que pue­de ser­vir para al­te­rar la ac­tual tra­yec­to­ria del cam­bio cli­má­ti­co y la pér­di­da de bio­di­ver­si­dad en las pró­xi­mas dé­ca­das”, con­clu­ye Zar­do­ya.

EFE

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