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infoinfusion 13 mayo, 2025 | Hace 7 meses

Debate por Durango, lo mismo de siempre

Mientras los formatos caducos se imponen y los ataques predominan, Pancho Franco emerge con propuesta y apertura al diálogo.

Víctor Montenegro

No pudo haber un ganador del debate entre candidatos a la alcaldía de Durango, porque en esencia, lo que ocurrió el pasado 9 de mayo en las instalaciones del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, simplemente no lo fue.

A pesar de los años y de los múltiples intentos por ofrecer un ejercicio democrático a la altura de las exigencias ciudadanas, el formato de los debates sigue estancado, sin evolución ni profundidad, dejando a la audiencia con más dudas que certezas respecto a las aptitudes de quienes aspiran a gobernar y sus propuestas para hacerlo.

Cada que hay elecciones en nuestro estado, candidatas y candidatos -sin distinción de partido o fuerza política coaligada- han quedado a deber cuando se trata de confrontar ideas y defender proyectos de gobierno. Este último debate no fue la excepción, aunque una voz logró destacar entre el ruido generalizado.

Aun cuando la jornada estuvo marcada por los ya acostumbrados dimes y diretes entre los representantes de los partidos tradicionales, el candidato de Movimiento Ciudadano, Francisco “Pancho” Franco, logró abrirse paso no solo con una postura más ecuánime y con un mensaje propositivo y, sobre todo, distinto.

Mientras algunos candidatos centraron su tiempo en descalificaciones personales y acusaciones cruzadas, Pancho Franco apostó por conectar con la ciudadanía a través de propuestas concretas y una narrativa más fresca, claro, sin ocultar la crítica frontal hacia los candidatos del PRI-PAN y de Morena: Toño Ochoa y José Ramón Enríquez.

En un formato que limita la profundidad del debate, donde el tiempo es insuficiente y la moderación resulta muchas veces superficial, resalta aún más la capacidad de quien logra articular ideas con claridad. A decir de muchos, Pancho Franco fue el único en plantear la necesidad urgente de cambiar no solo a los gobernantes, sino las reglas del juego político en Durango.

La propuesta del emecista al inicio de su campaña de realizar debates semanales abiertos al público no solo fue audaz, sino que representa una demanda latente entre la población que exige más diálogo, más rendición de cuentas y menos simulación.

En contraste, candidatos como Guadalupe Silerio (Renovación) y Héctor Sendel (PES) optaron por mantenerse al margen de las confrontaciones, navegando en aguas tranquilas que, si bien reflejan prudencia, también evidencian una desconexión con la exigencia de firmeza y liderazgo que requiere una campaña. Por su parte, el independiente Emmanuel Reyes quedó limitado a ataques sin sustento sólido.

Pancho Franco, sin embargo, fue más allá de la crítica fácil. Habló de la urgencia de poner a las infancias y juventudes en el centro de las políticas públicas, de construir un gobierno con rostro ciudadano, y de generar condiciones donde no importe el apellido para salir adelante. Con un tono firme, pero sin caer en la estridencia, denunció las fallas de las administraciones pasadas y del actual gobierno municipal, pero también propuso cómo solucionarlas.

No se trata de elevarlo artificialmente por encima de los demás -porque aún queda campaña por delante y cada quien debe responder a sus actos y propuestas-, pero sería injusto no reconocer que, en un debate desdibujado por los vicios de siempre, la participación del candidato de MC fue la que más aportó al ejercicio democrático. No porque haya ganado un debate que no lo fue, sino porque sí representó lo que un debate debería ser: contraste de ideas, visión clara de futuro y apertura al escrutinio público.

Durango, como el resto de los municipios del estado, enfrenta una elección crucial. La ciudadanía está cansada del discurso hueco, de las promesas incumplidas y de los liderazgos de cartón. Por eso, cuando alguien levanta la mano con propuestas distintas, lenguaje directo y disposición a confrontar sus ideas sin miedo, vale la pena prestarle atención.

No por nada el candidato ha despertado el interés de Movimiento Ciudadano a nivel nacional, desde donde observan la evolución que Pancho Franco ha tenido en esta campaña y obviamente en el debate, a quien además contemplan como un cuadro con futuro político y de mucha valía para el partido.

Que el debate haya sido insípido no significa que no haya dejado señales. Y una de ellas fue clara: en medio de la simulación, alguien sí quiso debatir de verdad. Si bien todos se declaran ganadores, la realidad es que lo que hubo fue solo un campeón sin una medalla.

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