El presidente del Centro Pompidou, Serge Lasvignes, dijo “dudar del interés de avanzar por esa vía”, sea para compensar pérdidas financieras o como “instrumento de ‘buena gestión’ de la colección”.
“Es muy preocupante que las obras colgadas de la pared se transforman en activos financieros”, estimó también la abogada Laurence Eisenstein, que recientemente dirigió una rebelión contra los responsables del Museo de Arte de Baltimore.
Este museo quería vender tres obras de su colección, entre ellos un Warhol, estimados en 65 millones de dólares.
La venta de estos cuadros obedecía a la voluntad de crear un fondo de preservación de la colección del primer museo de esta ciudad de población mayoritariamente negra. Y también a “reequilibrar” la colección a través de la compra de obras de mujeres y de artistas provenientes de minorías.
Pero frente a las críticas, el museo renunció a la venta en octubre, y decidió recaudar fondos a través de donaciones, dijo su director, Christopher Bedford.
La mayoría de los museos se niegan a vender piezas importantes de su colección.
El Museo Metropolitano vende sobre todo objetos de los cuales ya posee varios ejemplares u obras de artistas “de los cuales ya tenemos decenas de trabajos del mismo periodo”, dijo Hollein.
Pero otros menos conocidos dieron el paso. Everson, un museo de Syracuse, en el estado de Nueva York, vendió en octubre un Pollock que había recibido en donación por 12 millones de dólares, lo cual desencadenó la ira de muchos. El museo dice que espera abrir su colección a la diversidad.
“Un museo de arte vende su alma”, reaccionó el columnista Terry Teachout en el diario The Wall Street Journal, acusando a la institución de “traicionar la confianza del público”.
Laurence Eisenstein teme también que donantes y autoridades retiren su apoyo financiero a los establecimientos que vendan más de lo razonable. Podrían pensar algo como “¿Por qué precisarían nuestro dinero? Más bien vendan sus obras”, dice.
“Se tornaría muy difícil para los museos seguir siendo los guardianes de confianza de los bienes culturales de Estados Unidos”, estimó.