infoinfusion 19 mayo, 2023 | Hace 3 años
Hace 4.500 años, en la antigua Mesopotamia, se registraron los primeros besos documentados.
Un nuevo artículo basado en diversas fuentes escritas revela que la costumbre del beso romántico ya estaba establecida en las primeras sociedades mesopotámicas.

Troels Pank Arboll, de la Universidad de Copenhague, y Sophie Lund, de la Universidad de Oxford, afirman que aunque la tradición del beso probablemente es más antigua, las pruebas documentales la sitúan unos 1.000 años antes de lo que se creía anteriormente.
Además, destacan que hay un cuerpo de evidencia pasado por alto en antiguos textos mesopotámicos que demuestra la presencia de besos romántico-sexuales hace 2.500 años a.C.
La antigua Mesopotamia, ubicada entre los ríos Éufrates y Tigris en lo que ahora es Irak y Siria, fue el escenario de las primeras culturas humanas. En esta región, la gente utilizaba la escritura cuneiforme en tablillas de arcilla.
Muchas de estas tablillas han sobrevivido hasta hoy y contienen evidencias claras de que el beso era considerado parte de la intimidad romántica en la antigüedad. Según Arbøll, el beso podía formar parte tanto de las amistades como de las relaciones familiares.
Sin embargo, señala que el beso no debe verse como una costumbre exclusiva de una región en particular, sino que parece haber sido una práctica común en muchas culturas antiguas a lo largo de varios milenios.
Además de su importancia en el comportamiento social y sexual, se ha planteado la posibilidad de que el beso romántico haya tenido un efecto secundario e involuntario en la transmisión de enfermedades.
Según un artículo publicado en Science, investigaciones paleogenómicas recientes han demostrado que los patógenos comunes transmitidos mediante los besos actuales, como el virus del herpes simple 1 (HSV-1), el virus de Epstein-Barr y el parvovirus humano B19, estuvieron presentes en períodos históricos antiguos e incluso prehistóricos.
Arbøll y Rasmussen examinaron ADN antiguo, obras de arte culturales y registros médicos antiguos para demostrar que la presencia de enfermedades transmitidas por besos puede ser más antigua y generalizada de lo que sugieren algunos estudios recientes.
Aunque no se puede considerar que el beso sea el desencadenante biológico que causa la propagación de patógenos específicos, como se había sugerido anteriormente, su aparición y práctica podrían haber contribuido inadvertidamente a la transmisión de enfermedades.
Los seres humanos exhiben generalmente dos tipos principales de besos: el beso amistoso entre padres y el beso romántico-sexual. Según los investigadores, el primero es un comportamiento omnipresente en la historia y la geografía de la humanidad, mientras que el segundo no es culturalmente universal y tiende a producirse en sociedades estratificadas.