infoinfusion 22 junio, 2023 | Hace 2 años
Riverdance, el espectáculo que fusiona danza, música y canto, celebró su regreso a México después de 17 años, con motivo de su 25 aniversario recorriendo los escenarios del mundo.

El majestuoso evento tuvo lugar en el Auditorio Nacional, donde el elenco numeroso ofreció dos funciones como parte de su gira internacional. La velada inició a las 20:30 horas con una entrada moderada y un video emotivo que recordaba los logros destacados de esta compañía a lo largo de su historia.
En el escenario, 16 talentosos bailarines, mitad hombres y mitad mujeres, evocaron la esencia ancestral de las danzas tradicionales de Irlanda y otras culturas del mundo.
Con el resonar rítmico de sus pies al zapatear, revivieron la conexión mística de sus antepasados celtas y nórdicos con la naturaleza, capturando la esencia del movimiento de los elementos y el poder del fuego en una cautivadora coreografía.
Un canto armonioso resonó en el aire, como mil voces que evocaban el misterio de los peces nadando contra la corriente y la exaltación de la libertad femenina en una desafiante danza que recordaba festividades paganas.
Como sello distintivo de Riverdance, la música en vivo fue interpretada magistralmente por talentosos músicos. Flautas, violines, saxofones y percusiones dieron vida a una fusión equilibrada de géneros, desde la música celta hasta el jazz y el rock, permitiendo que cada instrumento desplegara su virtuosismo destacado.
Entre los mitos revividos en el vibrante zapateo casi bélico de los bailarines, se encontraba el de la locura de Mad Sweeney o Suibhne, un personaje que vagaba por los territorios irlandeses en busca de cordura tras cometer una traición.
En una perspectiva más contemporánea, el espectáculo unió distintos estilos de danza que, al igual que la danza irlandesa, encuentran en el zapateo su forma de expresión primordial. Así, el flamenco andaluz se entrelazó con los pasos irlandeses, fundiéndose en un mismo ritmo cautivador.
Además, como un homenaje no solo al viaje de las danzas irlandesas, sino al de todo un pueblo, se hizo referencia a los primeros migrantes que cruzaron el Atlántico en el siglo XIX, llevando consigo sus ilusiones, historia y tradiciones hacia el continente americano.
En un momento culminante del espectáculo, las calles de Brooklyn en Estados Unidos se convirtieron en el escenario de una batalla de baile callejero, donde los bailarines de tap se enfrentaron en sincronía rítmica, mostrando la interacción entre diferentes estilos.
Acto seguido, se brindó un ejemplo de reconocimiento y diversidad al presentar una muestra de danza rusa.
Casi al finalizar la velada, todos los integrantes salieron al escenario, precedidos por una voz que destacaba la idea de que, al final del día, todos como seres humanos formamos parte de un largo viaje hacia casa.