infoinfusion 17 agosto, 2023 | Hace 2 años
En un viraje asombroso, el enigmático Ötzi, cuyo cuerpo momificado descubierto en los Alpes hace 5.000 años ha fascinado a generaciones, emerge en una nueva luz.

Investigadores del Instituto Max Planck de Antropología en Leipzig y el instituto italiano Eurac en Bolzano, tras minuciosos análisis genéticos, han revelado que la imagen previamente sostenida del hombre tenía matices inesperados.
A diferencia de la suposición anterior, la piel de Ötzi no se oscureció por la exposición a la nieve, sino que su tono aparentemente más oscuro podría haber sido su color natural. Además, el estudio arroja luz sobre sus genes, que sugieren una predisposición a la calvicie, y establece que sus antepasados provenían directamente de Anatolia, desafiando las conjeturas anteriores.
En la línea de tiempo de su vida, Ötzi, estimado en unos 45 años al morir, emerge con una nueva y reveladora característica: la calvicie avanzada. El coautor del estudio, Albert Zink, del instituto Eurac, señala que la ausencia de cabello en la momia es coherente con esta predisposición genética. Este hallazgo se yuxtapone con la narrativa anterior de que la piel de Ötzi había cambiado de color debido a la exposición prolongada a la nieve alpina.
Sin embargo, el análisis ahora sugiere que su piel más oscura podría haber sido su estado natural. Estas nuevas perspectivas se funden con el redescubrimiento de su ancestralidad, vinculándolo directamente a Anatolia, en lo que hoy es Turquía, desafiando así las nociones preexistentes sobre sus orígenes.
El minucioso estudio genético arroja luz sobre la intrincada historia de Ötzi. Los métodos de secuenciación avanzada permitieron a los científicos afinar sus conclusiones y descubrir detalles sorprendentes. A través de estos avances, se desentraña una historia poblacional intrigante. La alta proporción de genes de los primeros agricultores anatolios en el genoma de Ötzi sugiere una conexión inmediata con esta región, desviándose de la teoría previa de que Ötzi podría haber compartido trazos genéticos con los pastores de las estepas del este de Europa. Este estudio no solo revela la singularidad de la línea genética de Ötzi, sino que también amplía nuestra percepción de las migraciones ancestrales y la interacción humana en la antigüedad.
En última instancia, esta revelación sorprendente sobre Ötzi trasciende las fronteras del tiempo para cuestionar y redefinir nuestras nociones preconcebidas sobre los orígenes y la apariencia de aquellos que vivieron en las épocas más remotas. La figura emblemática del “hombre de hielo” se desvanece en el espejo retrovisor de nuestras percepciones, y en su lugar, surge un retrato genético y histórico más intrincado y matizado.
El legado de Ötzi continúa expandiéndose mientras los investigadores desentrañan nuevos detalles de su vida, su tiempo y su herencia, recordándonos la continua evolución de nuestra comprensión del pasado humano.