infoinfusion 1 septiembre, 2023 | Hace 2 años
La ciencia ha resucitado los exclusivos bálsamos utilizados en la momificación de la nobleza egipcia.
Un equipo de científicos ha descubierto que estos bálsamos eran extraordinariamente complejos, formulados con ingredientes provenientes de regiones lejanas.

Además, han logrado recrear uno de estos bálsamos para su exhibición en museos.
La noble Señetnay, que vivió en Egipto en la XVIII dinastía alrededor del 1.450 a.C., tuvo sus órganos momificados y preservados en dos vasijas canópicas. Estas vasijas fueron encontradas en una tumba en el Valle de los Reyes y actualmente se conservan en el Museo August Kestner de Hannover, Alemania.
El análisis de los restos de sustancias encontradas en estas vasijas canópicas reveló una composición compleja y diversa, exclusiva de la época antigua, que arroja una nueva comprensión de las sofisticadas prácticas de momificación en el antiguo Egipto y las extensas rutas comerciales que utilizaban. Los bálsamos contenían ingredientes como cera de abeja, aceites vegetales, grasas animales, betún y resinas de coníferas, además de compuestos aromáticos como la cumarina y el ácido benzoico. Estos hallazgos sugieren que la composición de los bálsamos variaba según el órgano que se debía preservar.
Adicionalmente, se identificaron diferencias en la composición de los bálsamos de las dos vasijas, lo que indica que las fórmulas variaban en función del órgano a preservar. Esto incluye la presencia de sustancias como el larixol, encontrado en la resina de alerce, y posiblemente el dammar, que se obtiene de árboles en la India y el sudeste asiático.
Además, el equipo recreó uno de los aromas utilizados en la momificación, llamado “el aroma de la eternidad”, que será presentado en una exposición en el Museo Moesgaard de Dinamarca, ofreciendo a los visitantes una experiencia sensorial única que conecta con el antiguo Egipto y sus prácticas funerarias.