infoinfusion 4 julio, 2024 | Hace 1 año
La reciente instalación de una estatua de Poseidón frente a la playa de Puerto Progreso, Yucatán, ha generado curiosidad y controversia.
Este evento coincidió con el inicio de la temporada de lluvias en la región, la cual ha sido afectada por fenómenos meteorológicos como la tormenta tropical Uno y la amenaza del huracán Beryl.

En las redes sociales, se ha popularizado una teoría que sugiere que la presencia de Poseidón, el dios griego del mar y los ríos, ha provocado el enojo de Chaac, el dios maya de la lluvia y los relámpagos. Según esta creencia, el malestar de Chaac ha desencadenado las inundaciones que afectan al estado de Yucatán.
Poseidón, en la mitología griega, es conocido como el poderoso dios del mar y los terremotos, capaz de desatar maremotos con su tridente. Es considerado uno de los dioses más temidos después de Zeus, su hermano, pero también es venerado por su capacidad para proteger a los marineros y calmar las aguas turbulentas.
La teoría del enojo de Chaac frente a la presencia de Poseidón plantea una interesante interacción entre dos culturas mitológicas. Chaac, íntimamente ligado al agua en la cosmovisión maya, se ve confrontado simbólicamente por el dios griego, cuya influencia sobre los mares podría interpretarse como una invasión simbólica en el territorio de la Península de Yucatán.
Esta peculiar coincidencia ha captado la atención pública y ha generado debate sobre las interpretaciones contemporáneas de las antiguas deidades y su influencia en el mundo natural.