infoinfusion 16 julio, 2023 | Hace 2 años
En un pequeño taller ubicado a unos 50 km al noroeste de Kabul, la capital de Afganistán, Noor Agha Faqiri mantiene viva una antigua tradición como alfarero.

Una vez al mes, enciende su horno para cocer piezas de cerámica en un esfuerzo por preservar una práctica centenaria. Sin embargo, desde que los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021, las dificultades económicas del país han obligado a muchos artesanos a cerrar sus hornos.
A pesar de esto, Faqiri está decidido a mantener su actividad, considerándola una labor bendecida que debe ser preservada para las generaciones futuras.
El pintoresco distrito de Istalif, hogar del pueblo de los alfareros conocido como Qarya-e-Kulalan, alberga a decenas de artesanos como Faqiri.
Las calles principales de este pueblo están flanqueadas por tiendas de alfarería, aunque más de la mitad de ellas permanecen cerradas debido a la falta de clientes. Sin embargo, las pocas que siguen abiertas exhiben hermosos cuencos, macetas y jarras barnizadas en tonos turquesa, aguamarina o marrón tierra.
Aunque los visitantes todavía acuden a Istalif desde Kabul, viajando durante una hora y media para disfrutar de un picnic en las colinas cercanas o a orillas de los ríos, la disminución de turistas ha afectado gravemente la economía local.
A pesar de los desafíos, algunos mayoristas todavía llegan con pedidos significativos de hoteles en Afganistán y el extranjero. La fabricación de las piezas de cerámica se realiza utilizando técnicas ancestrales. La arcilla de las montañas circundantes se coloca sobre tornos accionados por los pies de los alfareros, mientras sus manos dan forma a las creaciones.
Abdul Hamed Mehran, un alfarero de 32 años, se enorgullece de su trabajo y destaca que producir estos objetos en Afganistán es motivo de orgullo. Mehran moldea de 70 a 100 piezas al día, dependiendo de la demanda, que luego se secan al sol antes de ser cocidas en el horno, un proceso que se realiza dos veces al mes.
Aunque solo entre 30 y 80 familias continúan trabajando en la alfarería, Faqiri acoge con agrado la idea de tener más competencia, deseando que cada tienda adyacente a la suya esté abierta y que el negocio prospere día a día.