infoinfusion 21 noviembre, 2023 | Hace 1 semana
La noción arraigada de que el arte se rige principalmente por la emoción sobre la razón no captura completamente su complejidad.
Contrariamente a esta creencia popular, en la actualidad, muchos proyectos artísticos se basan en modelos de producción que requieren una planificación meticulosa y una metodología específica. La peculiaridad radica en que, en la mayoría de los casos, el último paso metodológico implica la aplicación de conocimientos hacia la producción artística.
Los proyectos en artes visuales, al igual que los de otras disciplinas, demandan un planteamiento de problema, objetivos claros y una metodología definida. Lo particular aquí es que estos pasos se fusionan con la producción de obras de arte, mostrando una conexión estrecha entre la teoría y la práctica. Los artistas incorporan teorías de campos como la filosofía, la sociología e incluso la psicología, a la par de estar actualizados con los hallazgos más recientes en teorías del arte e imágenes, todo con el propósito de generar nuevas expresiones artísticas.
En el año 2010, recibí respaldo para un proyecto de arte contemporáneo por parte de MUNO, el No Museo en Zacatecas, como resultado de mi investigación de Maestría en Artes Visuales. La pieza que presenté estaba respaldada por la filosofía de Hans-Georg Gadamer, considerando el arte como festividad y juego, además de vincularse con el concepto de “escala aberrante” propuesto por Michel Lafferty, que provoca sorpresa o asombro en el espectador mediante dimensiones diferentes a las del referente original.
La obra, titulada “Condominios Flotantes”, fue montada sorpresivamente en la Plaza 450 años de la ciudad de Zacatecas con la ayuda de la Protección Civil. Utilizamos chorros de agua tratada para parcialmente cubrir una réplica en miniatura de la ciudad, con algunos edificios suspendidos por globos rojos y barcos de papel flotando entre las casas inundadas. La intervención invitó a personas de todas las edades a interactuar con ella, experimentando un placer estético y artístico en el espacio público, como un juego en sí mismo.
La integración de la teoría, la meticulosa planificación y la sorpresa como elementos sorprendentes en la obra demuestran que el arte contemporáneo fusiona la racionalidad y la emoción, desafiando así la noción tradicional de que es meramente una expresión emocional.