infoinfusion 5 septiembre, 2023 | Hace 2 años
El renacimiento de Tenochtitlan, la antigua capital azteca, se ha materializado gracias al arduo trabajo del artista holandés Thomas Kole, quien ha logrado recrear esta majestuosa urbe en tres dimensiones.
Este ambicioso proyecto ha sido el resultado de un profundo proceso de investigación que abarcó un extenso año y medio.

La reconstrucción se basa rigurosamente en fuentes arqueológicas e históricas, y ha contado con la colaboración de más de una docena de especialistas altamente cualificados. Esta meticulosa recreación nos transporta al año 1518, cuando México-Tenochtitlan era un modesto asentamiento emplazado en medio del lago de Texcoco.

En sus calles, convivían 200,000 habitantes, entre agricultores, artesanos, comerciantes, soldados, sacerdotes y aristócratas. En la actualidad, este antiguo emplazamiento es conocido como la Ciudad de México, una de las metrópolis más grandes del mundo. A pesar de las transformaciones a lo largo de los siglos, estas imágenes nos brindan una asombrosa visión de cómo era la gran Tenochtitlan en sus días de esplendor.

Tenochtitlan se revela como una ciudad de jerarquía en esta asombrosa reconstrucción. Los barrios eran meticulosamente planificados, cada uno con sus propios mercados, escuelas y templos. Los canales se mantenían en funcionamiento, facilitando el transporte de mercancías y personas, mientras que los puentes conectaban los diversos sectores de la ciudad. Los imponentes edificios se alzaban majestuosamente, desde las colosales pirámides de templos gemelos en el centro hasta los modestos templos y santuarios en los vecindarios comunitarios.

El epicentro de la ciudad era el Recinto Sagrado, donde se encontraba el majestuoso Templo Mayor, rodeado por el palacio del emperador Motecuhzoma Xocoyotzin y numerosos templos, escuelas, jardines y hasta un zoológico. Tenochtitlan contaba con una ciudad hermana, Tlatelolco, ubicada al norte, que con el tiempo se fusionó con Tenochtitlan, quedando bajo su dominio. Un mercado bullicioso, donde comerciantes ofrecían productos exóticos de todo el Imperio, era otro rasgo destacado de esta antigua metrópolis.

Sin embargo, hoy en día, la Ciudad de México se erige sobre las ruinas de Tenochtitlan. Los templos fueron demolidos y sus piedras reutilizadas tras la conquista española.

El lago fue desecado y los canales reemplazados por calles. De la ciudad original, casi nada perdura en el presente.