infoinfusion 9 mayo, 2023 | Hace 3 años
En la ciudad más próspera de Brasil, se está produciendo un aumento alarmante de la minería ilegal.
En un lugar escondido en la selva, dentro de una humilde choza con techo de lona, Webson Nunes responde a un grito que interpreta como una orden.

Él opera una polea eléctrica para sacar a su compañero del subsuelo, enrollando cuidadosamente el cable. Nunes es uno de los cinco “garimpeiros” que trabajan en una explotación de cobre en Canaã dos Carajás, una pequeña ciudad en el norte de Brasil que ha experimentado un auge minero en los últimos años. Esta ciudad contrastante alberga alrededor de cien garimpos junto a la gigantesca mina a cielo abierto de hierro S11D de Vale, una de las más grandes del mundo, que convirtió a Canaã en 2020 en el municipio con el mayor PIB per cápita de Brasil.
El garimpo de cobre es una estructura sencilla pero peligrosa. En la superficie, una tapa de madera de 1,40 por 1,40 metros es la entrada a una excavación de 20 metros de profundidad.
Varias veces al día, los garimpeiros descienden por el agujero, colgando de un arnés enganchado a un cable de acero, con un taladro en mano. Luego, utilizando la polea eléctrica, son elevados nuevamente a la superficie con un gran balde de plástico azul lleno de piedras brillantes.
Nunes, de 28 años, ha sido garimpeiro durante siete años y se encarga de operar la polea. Admite que trabaja con miedo constante, ya que en cualquier momento la policía podría aparecer. A pesar de los riesgos y la ilegalidad de su trabajo, Nunes lo ve como un “servicio” que eligió debido a su salario, que es superior a muchos otros, con 150 reales (30 USD) diarios que recibe del dueño de la mina.
La extracción ilegal de cobre en Canaã se destina principalmente a la exportación a China, según la policía brasileña. La mayoría de los garimpos se dedican a la extracción de cobre, aunque también se han encontrado operaciones de extracción de oro, las cuales tienen un mayor impacto ambiental debido a la remoción del suelo, la deforestación y el uso de sustancias tóxicas como el mercurio.
La población de Canaã ha experimentado un crecimiento acelerado en paralelo al desarrollo de la mina de hierro S11D, pasando de 26.000 habitantes a 75.000 en solo 12 años.
Durante la presidencia de Jair Bolsonaro (2019-2022), quien apoyó y promovió la actividad de los garimpos, incluso en la Amazonía brasileña, se intentó regularizar esta actividad en tierras indígenas. Por otro lado, el presidente Lula da Silva asumió con la promesa de reforzar la represión de estas explotaciones ilegales.