infoinfusion 11 mayo, 2023 | Hace 3 años
El fenómeno de encontrar conexiones inesperadas en el mundo virtual ha conquistado la atención de los internautas. Ya sea descubriendo formas en objetos cotidianos o teorizando sobre viajeros en el tiempo, la capacidad de encontrar significado en lugares inesperados es un pasatiempo fascinante.
Recientemente, Internet se ha vuelto loco con una curiosa historia que combina arte y tecnología.

En el famoso cuadro de 1860 titulado “Los esperados” de Ferdinand Georg Waldmüller, los internautas han notado perplejos que una mujer en el centro de la pintura parece estar sosteniendo un smartphone mientras camina por un paisaje idílico. Esta aparente anomalía ha desconcertado a los espectadores, quienes se preguntan cómo es posible encontrar una imagen tan moderna en una obra de arte tan antigua.

Sin embargo, la explicación detrás de este enigma no es tan complicada como se podría pensar. Aunque a primera vista parece que la mujer está utilizando un iPhone mientras camina, la verdad es mucho más simple: ella sostiene un libro. Esta no es la primera vez que se produce este tipo de confusión.
En el pasado, Tim Cook, el CEO de Apple, observó en el Rijksmuseum de Ámsterdam que un hombre en un cuadro holandés de 346 años de antigüedad parecía tener un iPhone en la mano.
El museo aclaró que lo que parecía un dispositivo moderno en realidad era un medio de comunicación común en el siglo XVII: una carta. Del mismo modo, los expertos en arte han explicado que la mujer del cuadro de Waldmüller no está usando un iPhone, sino que lleva consigo un libro de oraciones, ya que se dirige a la iglesia.
Este cuadro ha despertado el interés de la gente desde que Peter Russell, un funcionario jubilado, lo destacó por primera vez en 2017 en el museo Neue Pinakothek de Múnich.
Desde entonces, ha habido un debate recurrente en Internet y en los medios de comunicación sobre esta obra, lo que demuestra cómo la sociedad ha cambiado y cómo nuestra percepción puede ser influenciada por la evolución de la tecnología y la cultura.
Russell reflexiona sobre este fenómeno, destacando cómo un cambio tecnológico ha modificado la interpretación del cuadro y ha alterado su contexto.
En la época en que fue creado, los espectadores habrían reconocido el objeto en las manos de la mujer como un himnario o un libro de oraciones, mientras que hoy en día es inevitable asociarlo con una adolescente absorta en las redes sociales en su smartphone.
Esta observación ilustra cómo nuestras perspectivas están en constante cambio y cómo la tecnología puede transformar nuestra interpretación del arte y del mundo que nos rodea.