infoinfusion 3 mayo, 2023 | Hace 3 años
La Biblia es uno de los textos más influyentes de la historia y es la base de la fe de más de dos mil millones de cristianos en todo el mundo.
Los descubrimientos sobre la Biblia causan gran furor, y uno de los hallazgos más recientes es un pequeño fragmento de una traducción siríaca del Nuevo Testamento de 1.750 años de antigüedad.

Este fragmento fue descubierto por Grigory Kessel, investigador de la Academia Austríaca de Ciencias, utilizando fotografía ultravioleta en imágenes escaneadas de manuscritos conservados en la Biblioteca Vaticana. La escritura siríaca es una pieza más del complicado rompecabezas que es la historia de la Biblia.
El fragmento descubierto por Kessel es muy valioso debido a que es una traducción siríaca antigua, escrita en el siglo III a.C. Los expertos afirman que es probable que el fragmento se haya escrito en lo que hoy es el norte de Irak, pero que antes formaba parte de Persia, un imperio cuya religión estatal era el zoroastrismo. En esa época, el cristianismo era profesado por una minoría cuyos miembros eran en parte tolerados y en parte perseguidos.
El cristianismo siríaco fue la principal forma de cristianismo en el Medio Oriente. Kessel comparó el fragmento con una traducción completa del Nuevo Testamento en siríaco que data del siglo V d.C. y descubrió que el fragmento es más antiguo debido a las frases y palabras diferentes que se encuentran en él.
Para determinar la antigüedad de los manuscritos antiguos, los científicos utilizan varios métodos. Por ejemplo, los manuscritos en papiro revelan que los textos fueron escritos antes del siglo III d.C. Otro método es examinar el tipo de letra, lo que puede dar una aproximación de la época en que se escribió el manuscrito. Los expertos en caligrafía histórica pueden dar una buena estimación de la época en que se escribió un manuscrito.
Christoph Markschies, profesor de Cristianismo Antiguo de la Universidad Humboldt de Berlín, explica que los Evangelios del Nuevo Testamento datan hacia el año 70 d.C. Las transcripciones más antiguas que se han encontrado son papiros de la primera mitad del siglo II, que se encontraron en el actual Egipto.
En conclusión, la Biblia es un documento histórico de gran importancia, y los códices más antiguos que se han encontrado son una parte vital de la historia de la Biblia. Los académicos como Kessel y Markschies dedican parte de sus vidas a desentrañar los secretos de la historia de la Biblia a través de la investigación y el estudio de manuscritos antiguos.
Cada nuevo descubrimiento sobre la Biblia nos acerca un poco más a comprender el verdadero origen de este texto tan influyente en la historia de la humanidad.