infoinfusion 19 septiembre, 2023 | Hace 2 años
México y la marca de fuego en la época colonial han establecido una conexión histórica significativa.
Este peculiar rastro de identificación de libros se originó en México durante la mitad del siglo XVI y perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX.

Actualmente, gracias al esfuerzo conjunto de diversas instituciones a lo largo de más de una década, se ha logrado catalogar un considerable número de estas marcas de fuego.
La incipiente iniciativa comenzó modestamente, con apenas 72 fichas que representaban las marcas de fuego en los archivos de estas instituciones. Con el tiempo, la colaboración de otras entidades se hizo evidente, y así surgió lo que se denominó desde el principio como un “catálogo colectivo”, con la esperanza de que más instituciones se sumaran a esta noble empresa. La Mtra. Mercedes Salomón, una de las personas detrás de este esfuerzo, relató cómo este proyecto evolucionó y creció con la participación de múltiples actores.
Estos libros con marcas de fuego provienen principalmente de bibliotecas conventuales e instituciones religiosas vinculadas al clero secular en México, aunque en algunos casos se encontraron ejemplares en archivos privados. Uno de los aspectos fascinantes de este trabajo ha sido la identificación de marcas cuyo origen se desconocía debido a que estaban dispersas y separadas de las colecciones a las que originalmente pertenecían. Gracias a esta labor, muchos ejemplares han sido rescatados del anonimato y devueltos a su contexto correcto, permitiendo su estudio e investigación.
El esfuerzo colaborativo ha dado sus frutos, ya que más de 540 fichas han sido registradas hasta la fecha. Instituciones nacionales e internacionales, incluyendo España, Estados Unidos y Canadá, se han sumado a este proyecto. Además, se tiene la esperanza de que en el futuro se pueda ampliar el catálogo para incluir marcas de fuego de Perú y, posiblemente, de otras regiones con vínculos históricos con el imperio español.
Este catálogo proporciona una valiosa información sobre la historia e iconografía de estas instituciones y particulares novohispanos que poseían colecciones de libros, marcando su identidad a través de las marcas de fuego.