infoinfusion 8 marzo, 2024 | Hace 2 años
Un emocionante hallazgo arqueológico ha sacudido las cercanías de Núremberg, en el sur de Alemania, donde un equipo de expertos ha desenterrado ocho fosas comunes que albergan más de mil esqueletos humanos.

Este descubrimiento, liderado por la arqueóloga Melanie Langbein, podría ser el más grande de su tipo en Alemania y posiblemente en Europa.
Los investigadores han planteado la teoría de que la mayoría de los individuos sepultados en estas fosas sucumbieron a la peste, lo que otorga a la excavación un valor científico invaluable para comprender la propagación y el impacto de esta enfermedad en la región durante el siglo XVII, especialmente durante la devastadora oleada de peste entre 1632 y 1633, que cobró más de 15.000 vidas en Núremberg.
La complejidad de la excavación se hace evidente por la fragilidad de los huesos y la disposición en capas superpuestas de los cuerpos en las fosas. A pesar de los desafíos, los esqueletos, aunque algunos dañados por bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, están sorprendentemente bien preservados. El descubrimiento abarca una amplia muestra demográfica de la población de la época, incluyendo ancianos, niños, mujeres y hombres, junto con vestigios de la vestimenta y posibles indicios de otras enfermedades, como una epidemia de cólera del siglo XIX. Este asombroso yacimiento arroja luz sobre la vida y la muerte en una era marcada por enfermedades y desastres históricos.