infoinfusion 20 diciembre, 2024 | Hace 1 día
La falta de regulación en la comercialización de esta tecnología fomenta el poderío criminal en el país.
La ausencia de un marco legal efectivo en la comercialización de drones en México ha permitido que estas aeronaves no tripuladas se conviertan en una herramienta de guerra para los cárteles del narcotráfico.
A través de plataformas de comercio electrónico, grupos delictivos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Viagras y el Cártel de Tepalcatepec adquieren drones de alta tecnología que posteriormente son adaptados para lanzar explosivos, sembrar terror y realizar actividades de vigilancia.
Según informes de seguridad, estos grupos utilizan modelos como los M-30T, equipados con cámaras de alta resolución y capacidades infrarrojas, con precios que rondan los 200 mil pesos.
La falta de restricciones en su compra ha facilitado que sean empleados en enfrentamientos armados en regiones como Michoacán, Guerrero, Jalisco y Guanajuato, donde también han provocado desplazamientos forzados y un creciente clima de inseguridad.
“La guerra con drones en Michoacán es una realidad que impacta tanto a los militares como a la población civil. Las zonas minadas y los ataques aéreos han generado un terror generalizado”, explicó Guillermo Valencia Reyes, diputado local y exalcalde de Tepalcatepec. Además, reveló que exmilitares colombianos y exkaibiles guatemaltecos entrenan a los cárteles en el uso y manejo de estas tecnologías.
A pesar de las reformas aprobadas en 2024 para sancionar hasta con 40 años de prisión el uso indebido de drones, estas medidas resultan insuficientes. Legisladores reconocen que no existe un sistema de control que regule la compra de estos dispositivos ni un registro nacional de usuarios. “Sin una regulación efectiva en la adquisición de drones, el problema persiste y los cárteles siguen accediendo a esta tecnología sin restricciones”, admitió un senador durante el último periodo legislativo.
En este contexto, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) trabaja en estrategias para contrarrestar el uso de drones cargados con explosivos, incluyendo la adquisición de tecnología especializada para proteger a sus tropas. Sin embargo, estas medidas parecen no ser suficientes ante el creciente uso de estas herramientas por parte del crimen organizado.
La situación exige una regulación más estricta que limite la disponibilidad de drones en el mercado comercial y establezca mecanismos de supervisión que impidan su empleo con fines delictivos. Mientras esto no ocurra, estas aeronaves seguirán siendo un recurso valioso para los cárteles, ampliando su capacidad para generar violencia y mantener el control en las regiones donde operan.
Con información de El Universal