infoinfusion 8 octubre, 2023 | Hace 2 años
Escritores ucranianos y de otras nacionalidades han convergido en la Feria del Libro de Leópolis, desafiando las continuas embestidas mortales de Rusia, para invocar el poder de la palabra en medio del caos de explosiones y violencia.

En un escenario marcado por la búsqueda de estrategias para llegar a naciones no europeas, donde la magnitud y consecuencias de la agresión rusa a menudo escapan al entendimiento, las palabras emergen como faros de esperanza.
Aunque la Torre de la Pólvora, que solía simbolizar la seguridad de la ciudad medieval, no puede brindar protección frente a los misiles rusos, la trigésima edición de la feria continúa, más reducida que en tiempos anteriores a la invasión. No obstante, miles de personas participan en debates y presentaciones de libros, en busca de que las palabras trasciendan fronteras.
La percepción de la guerra en Ucrania varía en diferentes partes del mundo, y es vital que países como India, Brasil y México comprendan la magnitud de lo que Rusia está ejecutando en Ucrania, como sostiene Volodymyr Yermolenko, escritor y filósofo. En muchos de estos países, la guerra se simplifica como un conflicto entre Occidente y Rusia, lo que obvia la compleja realidad ucraniana.
Sin embargo, la resistencia de Ucrania demuestra que las naciones más pequeñas pueden enfrentarse exitosamente a las potencias más grandes, un mensaje fundamental. La poetisa ucraniana Halyna Kruk lamenta el tiempo perdido en la opresión imperial y destaca la importancia de que los autores ucranianos puedan representar su país en todo su esplendor ante el mundo.
La cultura contemporánea tiende a normalizar la violencia, haciendo que las imágenes de la guerra en Ucrania no impacten de la misma manera. Para contrarrestar esto, Halyna Kruk utiliza la imagen de un autobús lleno de mujeres ucranianas y niños en silencio antinatural mientras huyen de la guerra, lo que resalta la gravedad de la situación. También se aborda cómo Rusia instrumentaliza a escritores célebres de su literatura, algunos de los cuales respaldaron políticas imperialistas.
Sin embargo, la resistencia se mantiene, con autores como Ben Okri, quien dedica un poema a Katia, una niña ucraniana de siete años que enfrenta el horror de la guerra y la destrucción de su ciudad. La lucha por transmitir la experiencia ucraniana a lectores en el extranjero continúa.