infoinfusion 12 octubre, 2023 | Hace 2 años
En las entrañas de la Tierra, un asombroso hallazgo emergió después del terremoto que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 2022.

Una imponente cabeza de serpiente esculpida en piedra, con más de 500 años de antigüedad, emergió de las profundidades y fue recuperada por un equipo multidisciplinario encabezado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo que hace que este descubrimiento sea aún más impresionante es que la escultura de la serpiente mexica ha mantenido el 80% de su color original. Este monolito es un testimonio único que podría arrojar luz sobre la utilización de pigmentos en la época prehispánica. La sorprendente cabeza de serpiente fue hallada en el ala este de la antigua Escuela de Jurisprudencia de la UNAM, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México y se encuentra a 4.50 metros bajo tierra.
Con dimensiones de 1.80 metros de largo, 1 metro de altura, 85 centímetros de ancho y un peso cercano a 1.2 toneladas, esta pieza arquitectónica ha permanecido enterrada durante cinco siglos, protegiendo su asombroso rango de colores, que incluye ocre, rojo, azul, negro y blanco, gracias a las mezclas de lodo y agua que la cubrieron.
Desde su hallazgo hace más de un año, la cabeza de serpiente ha sido sometida a un proceso de restauración por un equipo de expertos en conservación dirigidos por María Barajas Rocha del Museo del Templo Mayor.
El conocimiento y la experiencia de Rocha en la restauración de piezas de gran importancia histórica, como el monolito de la diosa Tlaltecuhtli descubierto en 2006, han sido cruciales en este proceso. Estos colores son vitales para comprender la paleta de colores que los mexicas utilizaban en la decoración de sus imágenes sagradas y templos.
A pesar de que la cabeza de serpiente fue descubierta hace más de un año, su presentación al público se realizó recientemente, el 10 de octubre. Esta pieza invaluable se mantendrá en una cámara de humedad especialmente preparada para su conservación hasta principios de 2024.
La cámara de humedad, diseñada y gestionada por expertos de la UNAM, busca eliminar gradualmente la humedad que ha acumulado durante siglos para evitar pérdidas de color, grietas y cristalizaciones de sales en la piedra, como señaló la arqueóloga Patricia Ledesma.
Aunque aún no hay una fecha para su exhibición, los estudios en curso sobre la temporalidad, iconografía y simbolismo de esta escultura continúan y se extienden hasta el próximo año.