infoinfusion 16 noviembre, 2023 | Hace 3 semanas
El tema del lenguaje inclusivo ha generado amplio debate, polarizando opiniones y despertando distintas posturas, en gran medida vinculadas a posicionamientos políticos.
Algunos abogan por una evolución del lenguaje, reconociendo la necesidad de eliminar la connotación masculina en términos que aluden a personas de diversos géneros.
Mientras tanto, otros interpretan las expresiones inclusivas como burlescas, alimentando así la intolerancia y discriminación en la sociedad. En este contexto, la Real Academia Española (RAE) ha mantenido una postura firme, defendiendo las formas tradicionales del lenguaje como las que deben prevalecer en la actualidad.
Fundada en 1713, la RAE ha sido objeto de controversia en años recientes, enfrentando críticas no solo de la comunidad LGBTIQ+, sino también de sectores significativos de la población. Se han solicitado cambios en las reglas lingüísticas, argumentando que la lengua ha perpetuado términos clasistas. A pesar de su actualización más reciente en 2023, las modificaciones se limitaron a reintegrar el adverbio “sólo” y los pronombres demostrativos “éste”, “ése” o “aquél” con tilde.
Las omisiones de la RAE respecto a las demandas de la sociedad civil han generado amplio malestar. El director de la academia, Santiago Muñoz Machado, de 74 años, reafirmó su postura sobre el lenguaje inclusivo, argumentando que este conduce a confusiones en su uso inapropiado. Defendió el “masculino genérico” como la opción más efectiva para la comunicación, describiéndolo como una forma lingüística económica, no discriminatoria y altamente inclusiva.
Sin embargo, Muñoz Machado reconoció que el lenguaje inclusivo tiene una carga política importante y señaló que la academia no lo niega, pero enfatizó que no es la forma convencional de comunicación. Admitió las manifestaciones de grupos feministas e intelectuales sobre la connotación masculina excesiva en términos básicos del diccionario, aunque destacó que estas son fallas evitables y se pueden corregir sin alterar el lenguaje tradicional, el cual considera fundamental preservar sin modificaciones que puedan generar errores innecesarios.