infoinfusion 11 agosto, 2024 | Hace 8 meses
En el corazón del Chocó, un grupo de mujeres desplazadas ha encontrado en la creación de “muñecas negras” no solo un medio de vida, sino un camino para sanar y resistir.
Llegadas desde diversos rincones del país, estas mujeres enfrentaron la violencia y el desarraigo, transformando su dolor en arte.
“Hacer estas muñecas me ayuda a sobrevivir”, afirma Edelmira Robledo, quien, como muchas otras, ha encontrado en esta labor un refugio emocional y un lazo de solidaridad con sus compañeras.
La iniciativa surgió hace más de 20 años, impulsada por Ursula Holzapfel, una psicóloga alemana que vio en la artesanía una manera de sanar heridas y dar nuevas oportunidades a estas mujeres. El grupo, hoy conocido como “Artesanías Choibá”, ha sido fundamental para la comunidad, no solo como fuente de ingresos, sino como un espacio donde se comparte y se preserva la memoria colectiva. “El choibá es un árbol fuerte, como nuestras vidas”, comenta la artesana Luz Romaña, reflejando la resistencia que define a este grupo.
Las muñecas, con su distintivo color negro, representan una respuesta directa a los estereotipos racistas que históricamente han marcado a la región. “En el Chocó, el 85 por ciento de la población es negra, pero las niñas y niños jugaban con muñecas blancas”, explica Holzapfel, quien regresó a Alemania tras 40 años en Colombia. Estas muñecas no solo cuentan la historia de quienes las crean, sino que también desafían y resignifican la identidad cultural de la comunidad chocoana.