infoinfusion 22 mayo, 2023 | Hace 3 años
En un escenario desolado de Edimburgo, en Escocia, Tim Vincent-Smith se adentra en unos grandes almacenes abandonados. Allí, entre el silencio y el polvo, su mano se desliza bajo la tapa abierta de uno de los cientos de pianos que ha rescatado de la basura.

Con destreza, toca las cuerdas tensas de aquellos instrumentos que han sido desechados por los hogares británicos en las últimas décadas, liberándolos del olvido y encontrándoles un nuevo hogar.
Hace tiempo, la madera de esos pianos desechados encontraba un nuevo propósito en la habilidosa fabricación de muebles por parte de Tim. Sin embargo, la llegada constante de más pianos hizo que se diera cuenta de que muchos de ellos aún estaban en condiciones sorprendentemente buenas.
Fue así como Tim y su amigo Matthew Wright dieron vida a Pianodrome, un proyecto que se dedica a la restauración y reubicación de estos magníficos instrumentos, otorgándoles una segunda oportunidad en la vida.
Según Tim, “lo mejor para un piano antiguo es encontrar un nuevo hogar”. Así, el amor por la música y el respeto por la historia que envuelve a estos pianos han llevado a Tim y su equipo a crear un espacio donde el arte y la melodía se encuentran en perfecta armonía.
En Pianodrome, esos pianos, una vez abandonados y destinados a desaparecer en el olvido, vuelven a resonar con vida, ofreciendo un lugar de encuentro donde los amantes de la música pueden experimentar su magia y, si uno de estos instrumentos los cautiva, incluso llevárselo a casa por un pequeño donativo opcional.
La historia de los pianos en el Reino Unido es un reflejo de la evolución de los hogares y la sociedad misma. Durante más de dos siglos, la fabricación de pianos fue una tradición arraigada en la cultura británica, abasteciendo al mundo entero con estos instrumentos. Grandes compositores y personalidades ilustres tenían en sus manos pianos de fabricación británica.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los hogares se volvieron más pequeños y encontrar espacio para un piano se volvió cada vez más complicado. La llegada de la televisión y los teclados electrónicos desplazaron lentamente a los pianos de su lugar central en la vida social y cultural. Incluso se llegaron a celebrar concursos donde los pianos eran destruidos a martillazos.
Pero en medio de esta evolución, Tim Vincent-Smith emergió como un defensor apasionado de estos instrumentos, rescatándolos de su destino triste y brindándoles una nueva oportunidad de brillar.