Hola, hoy es 10 octubre, 2022 Durango, Dgo °C

infoinfusion 10 octubre, 2022 | Hace 3 años

Pue­blos in­dí­ge­nas co­lom­bia­nos pre­ser­van tra­di­cio­nes con prác­ti­cas de­por­ti­vas

Para pre­ser­var sus tra­di­cio­nes y pro­cu­rar el «buen vi­vir» de las co­mu­ni­da­des in­dí­ge­nas, miem­bros de cin­co pue­blos an­ces­tra­les co­lom­bia­nos pu­sie­ron a prue­ba en Me­de­llín sus ha­bi­li­da­des en prác­ti­cas como tiro de cer­ba­ta­na, subida al ár­bol y re­sis­ten­cia en el agua.

El pri­mer reto para los par­ti­ci­pan­tes fue adap­tar­se, en me­dio de una gran ciu­dad, a es­ce­na­rios des­co­no­ci­dos para in­ten­tar re­pli­car las ac­ti­vi­da­des que en sus re­gio­nes rea­li­zan de for­ma co­ti­dia­na.

Li­sil­do Do­mi­có, del pue­blo em­be­ra-ka­tío, via­jó con su lar­ga cer­ba­ta­na y unos cuan­tos dar­dos para desa­fiar a otros com­pe­ti­do­res. No tuvo ri­val en los III Jue­gos De­par­ta­men­ta­les In­dí­ge­nas de An­tio­quia, que or­ga­ni­za la Or­ga­ni­za­ción In­dí­ge­na de An­tio­quia (OIA). Su téc­ni­ca y pun­te­ría des­per­tó la cu­rio­si­dad de los vi­si­tan­tes en la Uni­dad De­por­ti­va de Be­lén, don­de li­bró una par­ti­cu­lar ba­ta­lla.

Cerbatana vs Tiro con arco

Des­pués de con­fir­mar­se como ga­na­dor, Do­mi­có en­fren­tó un desa­fío con un ar­que­ro en el cam­po de tiro con arco. Con su ins­tru­men­to an­ces­tral acer­tó va­rias ve­ces en la dia­na, pero el pul­so fi­nal­men­te lo ganó San­tia­go Cruz Can­tor con su arco re­cur­vo y pun­tos im­po­si­bles de igua­lar.

«Fue muy bueno para mí par­ti­ci­par con mi bo­do­que­ra (cer­ba­ta­na). Me fal­ta en­tre­nar más por­que él está muy bueno en pun­te­ría. Es fuer­te con su arco», dijo a EFE Do­mi­có, miem­bro del res­guar­do de Las Pla­yas, ubi­ca­do en Apar­ta­dó, quien com­par­tió con su con­trin­can­te par­te de su téc­ni­ca.

El se­cre­to, se­gún ex­pli­có el lan­za­dor, es «ta­par con la boca todo el hue­co para que no se sal­ga el aire y so­plar». Tam­bién re­ve­ló que los ti­ra­do­res tie­ne una co­ne­xión es­pi­ri­tual con su cer­ba­ta­na y na­die más pue­de uti­li­zar­la.

Al fi­nal del par­ti­cu­lar due­lo, Cruz Can­tor se rin­dió ante la ha­bi­li­dad del com­pe­ti­dor in­dí­ge­na, al se­ña­lar que «no es sen­ci­llo lo que hace» y de­ta­llar que «no tie­ne un pun­to de re­fe­ren­cia, pero lo­gra te­ner pun­te­ría. Dis­pa­ra a sen­sa­ción, me da la im­pre­sión. Fue in­tere­san­te ver­lo y com­pe­tir».

De pescar en el río a competir en una piscina

En re­sis­ten­cia en el agua, el prin­ci­pal ri­val fue el frío de la pis­ci­na en el com­ple­jo acuá­ti­co. A va­rios de los par­ti­ci­pan­tes los obli­gó a sa­lir, pese a te­ner to­da­vía pul­món para so­por­tar. Así lo sin­tió Al­fre­do Ro­sa­rio, in­te­gran­te de la co­mu­ni­dad in­dí­ge­na El Pan­do, en el mu­ni­ci­pio de Cau­ca­sia, en la re­gión del Bajo Cau­ca, el pri­me­ro en clau­di­car.

«Sen­tí un frío que subió de los pies a la ca­be­za, y me tuve que sa­lir», re­la­tó el in­dí­ge­na del pue­blo zenú. No al­can­zó a lle­gar al mi­nu­to, pese a que en las que­bra­das y en las la­gu­nas en las que pes­ca para ali­men­tar­se lo­gra me­jo­res re­gis­tros al su­mer­gir­se.

Para Ro­sa­rio, de 42 años, «fue muy di­fe­ren­te a lo que uno hace en la zona, cuan­do uno sale a pes­car. El agua y el cli­ma son di­fe­ren­tes. Cuan­do sa­li­mos a pes­car pue­de du­rar un mi­nu­to y 20 se­gun­dos, aun­que cuan­do hay mu­cho pes­ca­do uno se emo­cio­na y pue­de lle­gar a casi dos mi­nu­tos».

«Como co­mu­ni­da­des in­dí­ge­nas te­ne­mos a per­so­nas ca­pa­ces de par­ti­ci­par. Es muy im­por­tan­te para los jó­ve­nes por­que man­te­ne­mos las tra­di­cio­nes», apun­tó el lí­der.

En pri­mer lu­gar fi­na­li­zó Abe­li­to Bai­la­rín Ca­ru­pia, de la co­mu­ni­dad in­dí­ge­na Gua­gua de Mu­rin­dó. De ro­di­llas duró bajó el agua dos mi­nu­tos y nue­ve se­gun­dos, mien­tras era alen­ta­do por la de­le­ga­ción Atra­to Me­dio, a la que de­di­có la vic­to­ria.

«Sa­bía que iba a ga­nar. Se lo dije a mi co­mu­ni­dad que ve­nía pre­pa­ra­do y no iba a per­der», co­men­tó Bai­la­rín, en el poco es­pa­ñol que ha­bla.

Para Jhon Do­mi­có, la tre­pa­da al ár­bol re­sul­tó sen­ci­lla. Tar­dó sie­te se­gun­dos en subir y ba­jar por­que en Me­de­llín «no se ven ár­bo­les tan gran­des».

Los otros com­pe­ti­do­res es­tu­vie­ron muy por en­ci­ma de su mar­ca. Para él, de acuer­do con su ex­pe­rien­cia, la ver­da­de­ra prue­ba la tuvo du­ran­te las prue­bas cla­si­fi­ca­to­rias en el mu­ni­ci­pio de Fron­tino, don­de subió en 17 se­gun­dos una pal­me­ra con un téc­ni­ca que ya de­pu­ró: «Hay que to­car poco el ár­bol. No con el pe­cho y el es­tó­ma­go. Solo con los pies y las ma­nos».

Es­tas com­pe­ten­cias se di­vi­die­ron en ca­te­go­rías mas­cu­li­na y fe­me­ni­na, con dis­ci­pli­nas de­por­ti­vas como lu­cha y fút­bol, en el que al­gu­nas ju­ga­do­ras pre­fi­rie­ron ju­gar des­cal­zas en la com­pe­ten­cia en­tre pue­blos in­dí­ge­nas de Me­de­llín.

EFE

Relacionadas
Kriterion
Editorial y opinión