infoinfusion 14 diciembre, 2020 | Hace 5 años
Víctor Fernando Montenegro Medel
El acto de destruir una imagen o un símbolo tiene que venir desde una ira interna que solo el que perpetró la destrucción de esta sabe, puede que la imagen o símbolo represente una transgresión a sus principios y lo que cree correcto. El caso del ataque hacía la fotografía de Andrés Serrano titulada “Cristo del pis” o “La inmersión” es un claro ejemplo de esto.

Cristo del pis ha sido considerada una obra altamente controversial, debido a lo que presenta visualmente: un crucifijo sumergido en un tanque lleno de la orina del artista. Y uno pensaría que esto es, de hecho, un acto de blasfemia o insulto a los creyentes de Cristo, pero no, Serrano ha dicho respecto a la controversia que nunca buscaba ofender ni lo había pensado a la hora de crear la obra, ya que él mismo es católico y seguidor de Cristo. Según Serrano la obra no es una crítica directa a la religión, y en cambio podría entenderse como una crítica a la comercialización y objetualización de la misma. Según el artista, en vez de entenderse como una obra provocadora, debe entenderse como una obra cristiana en sí, ya que “de Cristo surgió la sangre, pero la mierda y la orina de la misma forma, por lo que no se puede desconectar de su santidad”.
En pocas palabras, lo que nos dice el artista es que su obra fue malinterpretada y por ello fue atacada con un martillo en el año 2011 por unos jóvenes de 16 y 18 años en Melbourne, Australia.
Pero, ¿cuál fue el motivo de los dos muchachos para querer destruir dicha obra?
El más joven de los perpetradores, del cual no se sabe su nombre (y si se sabe, no lo encontré), dijo haber tomado la decisión de destruir al Cristo del pis tras haber visto cómo su madre lloraba desconsolada cuando su madre se enteró que la fotografía se encontraría en la exposición. En este caso particular, la razón del joven para destruir esta obra de arte no pasó de un acto de venganza vandálico. Pero pronto, se vería rodeado de más polémica, haciendo del acto del joven todo un circo político y religioso. Esto no es necesariamente “malo”, ya que después de esto todos los medios, tanto noticiarios como foros de arte, no podían dejar de discutir sobre la fotografía y lo que implicaba que ésta fuera atacada. La foto ya era conocida, pero el ataque de cierta forma le dio un nuevo aire y un significado más fuerte. Tanto Cristo como el Cristo del pis, resucitaron para dejarnos una revelación, solo que la revelación del Cristo sumergido en orina es un poco más compleja y un tanto subjetiva. A mi parecer, este mensaje sería que el arte, cuando se es mal interpretado, termina convirtiéndose en discurso político.
Pero no siempre tiene que ser un acto vandálico perpetrado en acto de venganza por un adolescente australiano, a veces es incluso de gente que de verdad odia al arte conceptual, como es el caso de la destrucción del cuadro llamado: “Who’s Afraid of Red, Yellow and Blue III” de Barnett Newman. El cuadro es parte de una colección de 4 piezas bajo el mismo nombre, la diferencia entre ellos siendo los acentos de color y la numeración de estos. La obra es un coloso de 224 y 554 cm donde el color rojo es el más predominante, no muestra ninguna figura o incitación ofensiva a algún grupo en específico, solo son los colores primarios en un lienzo gigante. Entonces, si solo es eso, ¿por qué fue atacado con un cuchillo?
A diferencia del adolescente, Gerard Van Bladeren tenía una razón mucho más sencilla para destruir esta obra en 1986. Simplemente, odiaba todo el arte abstracto y realista. Este hombre se proclama a sí mismo como un “artista incomprendido” que considera a las obras abstractas destruidas como obras de arte. Este no fue su único ataque al mundo del arte, de hecho, solo fue el comienzo. En 1997 volvió a cometer el mismo crimen de la misma manera que cometió el pasado, en el mismo lugar y a una obra del mismo autor. “Cathedra”, otra colosal obra de Barnett Newman, es otra de las víctimas de asesinato que cometió Van Bladeren. Hoy en día no se sabe mucho de este asesino de obras de arte, puesto que, la segunda vez que cometió el mismo crimen fue puesto en prisión.
Esto quiere decir que, todo mundo tiene distintos propósitos para destruir arte. Puede ser un acto de venganza o puede ser la visión artística de algún hombre loco. Pero estos dos ejemplos son de personas destruyendo la obra de otro artista, lo que me hace pensar ¿qué hay de los artistas que destruyen su propio arte?
Más reciente que los casos anteriores, está el polémico caso de la obra “Girl and Balloon” de Banksy. A principios de Octubre del año 2018, la obra de Banksy estaba siendo parte de una subasta de arte en la ciudad de Londres, todo iba con completa naturalidad en la subasta, la obra fue vendida por 1,04 millones de libras esterlinas y de un de repente pasó lo más inesperado, la obra empezó a deslizarse hacia afuera del marco que la sujetaba mientras la montura de esta emitía un sonido mecánico, dejando la mitad de la obra triturada y a los subastadores y compradores presentes, impresionados por lo que acababan de presenciar. Banksy estuvo presente el día de la subasta, esto se sabe porque el mecanismo del marco era activado a control remoto. Esto es mucho más interesante cuando sabes quién es Banksy, o mejor dicho, cuando sabes que nadie sabe quién está detrás del nombre Banksy.
Muchas personas teorizan que todo el asunto fue montado, que la casa subastadora sabía de los planes de Banksy y que el mismo artista fue quien compró la obra, pero, ¿por qué haría eso? Banksy es un artista callejero que ha mostrado disgusto por la comercialización y burocratización del arte en el pasado, como en su película documental “Exit Through the Gift Shop”. Banksy subió un video a sus redes sociales donde muestra la construcción del mecanismo que destruyó su pintura y la grabación del evento. Aunque la verdad, es que no se sabe por qué lo hizo. Claro, podemos teorizar el por qué viendo sus antecedentes y puntos de vista que ha dado en distintas entrevistas, pero no ha habido otras palabras del artista respecto al asunto que una cita a Pablo Picasso: – “The urge to destroy is also a creative urge” la cual se traduce a: “el impulso a destruir también es un impulso creativo”.
“Girl and Balloon” fue destruida para dar paso a la nueva obra de Banksy, “Shredding the Girl and Balloon – The Director’s Cut” el cual es un video de menos de tres minutos donde muestra con un poco más de detalle el proceso de construcción de su trituradora y el ambiente tan snob y pretencioso que había en el lugar en que se dió la subasta. Hacia el final del video podemos ver que el plan de Banksy no era dejar la obra triturada solo a la mitad, debido que muestra una escena donde había hecho ya un ensayo de su plan en el que la obra se trituraba por completo. Debido a que su plan no salió como esperaba, la gran mayoría de personas piensan que solo lo hizo para inflar el precio de su obra, lo cual, sucedió, y ahora “Girl and Balloon” es una obra destruida que vale más de lo que valía antes de estarlo.
Entonces, no hay una sola razón para que las personas destruyan una obra de arte, hay bastantes. Desde cobrar venganza hasta querer mandar un mensaje político. No es el acto de destruir una obra lo impresionante de este asunto, sino el por qué está siendo destruida. Si una obra es destruida por el mismo artista por arrebato de furia y frustración, no será lo mismo haber sido destruida enfrente de cientos de personas de manera orquestada y cautelosa. Es la intención detrás del acto lo que importa tanto en el arte como en la destrucción del mismo.