infoinfusion 26 mayo, 2017 | Hace 7 años
Contrapesos / Víctor Montenegro
En México desde el año 2010 han sido asesinados 26 activistas según información y estadísticas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Los homicidios de Marisela Escobedo, Nepomuceno Moreno, Bernardo Carreto, Trinidad de la Cruz, Pedro Leyva, Miguel Ángel Jiménez y el más reciente, el de Miriam Rodríguez Martínez, han sido los más sonados y lamentables casos en los años más recientes.
Todos en determinado momento buscaron a sus familiares desaparecidos o exigían castigo a los asesinos de sus hijos. Miriam Rodríguez, quien encontró los restos de su hija secuestrada en 2014 en una fosa común, logró que se encarcelara a los responsables y finalmente hace algunas semanas, fue ultimada pese a haber denunciado amenazas y solicitar la protección de las autoridades.
Documentos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y Consultas en la PGR, así como el propio gobierno de Tamaulipas, indicaron que la mujer suplicó protección federal desde el 7 de abril del 2017, tras sospechar que los asesinos de su hija habrían escapado del penal de ciudad Victoria, del que se fugaron 29 reos el 22 de marzo de este mismo año.
En el México bárbaro, éste, el de nuestros días, la triste historia de cada uno de ellos lleva implícito el calvario que cruzaron desde la desaparición de sus seres queridos, todos pasando por momentos de angustia sin dar con su paradero, mientras otros que sí los encontraron, los hallaron muertos.
Sin embargo, tras el asesinato de Miriam Rodríguez las infografías y notas periodísticas que hicieron referencia a este tema y retomaron los anteriores casos, omitieron hacer mención de otro en particular, el cual fue sumamente sentido para los duranguenses y causó también la indignación y condena de toda la sociedad mexicana.
El 4 de febrero del 2011, el señor Leopoldo Valenzuela Escobar salía de su refaccionaria en el municipio de Nuevo Ideal, cuando varios sujetos armados se le acercaron para intentar subirlo por la fuerza a un vehículo. Don polo (como era conocido) se resistió y trató de defenderse, quedando herido gravemente en el lugar de donde fue trasladado a un hospital para finalmente dejar de existir.
Un mes antes don Polo reveló públicamente el calvario que venía sufriendo desde el secuestro de su hijo, Leopoldo Valenzuela Gómez, en septiembre del 2010. Desde entonces acudió a todas las instancias posibles, pero nadie le ayudó a rescatar a su familiar. Llegó hasta la presidencia de la República y su voz no hizo eco; en su momento, el entonces fiscal general del Estado, Ramiro Ortiz Aguirre, afirmó que las investigaciones avanzaban.
Además de la denuncia penal, el señor Leopoldo Valenzuela decidió hacer del dominio público su caso a través de un desplegado que se difundió en los principales medios impresos de esta ciudad de Durango, el cual iba dirigido al entonces gobernador, Jorge Herrera Caldera, en el que denunciaba lo que consideraba como irregularidades en la investigación del secuestro de su hijo.
En la referida publicación, Valenzuela Escobar narraba cómo en un principio evitó denunciar el hecho por indicaciones de los plagiarios. Sin embargo, siete días después del secuestro decidió hacerlo, esto luego de que su propio hijo se pusiera en contacto con él, para indicarle el lugar en el que sus captores lo tenían retenido en contra de su voluntad.
Hilda Valenzuela, otra hija de don Polo, con el apoyo del entonces alcalde de Nuevo Ideal y el síndico municipal, acudió con Ramiro Ortiz quien fue el primer fiscal general de Durango, para informarle que sabían dónde estaba su hermano secuestrado por cuyo rescate pedían diez millones de pesos. El entonces todavía procurador les dijo que no arriesgaría a sus policías sin antes hacer una investigación. Los funcionarios trataron de convencerlo, pero Ramiro los corrió agrediéndoles verbalmente.
EN LA BALANZA.- El caso del asesinato de don Polo y el mismo secuestro de su hijo, a la fecha permanecen en la absoluta y lastimosa impunidad. Ningún ente o autoridad, llámese estatal o federal, ha informado sobre avances en las indagatorias o la detención de alguno de los responsables del secuestro de Leopoldo Valenzuela Gómez; tampoco de quienes asesinaron a su padre. Los criminales continúan deambulando libres en las calles, mientras por todo el país siguen asesinando activistas, periodistas y defensores de derechos humanos.
CERROS SECOS Y PELONES… Ahora la alcaldesa de Gómez Palacio arremete contra la diputada federal lagunera, Rocío Rebollo. En esta ocasión el tema fue el reclamo por haber minimizado la contingencia que surgió tras el hundimiento del pasado 30 de abril en una colonia gomezpalatina, además de no apoyar las gestiones de recursos extraordinarios para atender este problema. Sin embargo el conflicto no es tanto social, sino político y muy personal, solamente habría que dar una mirada atrás cuando la señora buscaba la candidatura al gobierno del Estado.
Twitter: @Vic_Montenegro