infoinfusion 6 agosto, 2024 | Hace 8 meses
El regreso de la natación al río Sena durante los Juegos Olímpicos de París 2024 ha revelado la persistente amenaza de la contaminación del agua.
Después de casi un siglo de prohibiciones debido a razones sanitarias, el Sena fue declarado seguro para nadar el 17 de julio de 2024, y se celebró una prueba de natación femenina. Sin embargo, los problemas surgieron rápidamente cuando se pospuso una prueba masculina y varios nadadores olímpicos comenzaron a enfermarse.
A pesar de una inversión de 1.400 millones de euros para mejorar la calidad del agua, los esfuerzos para limpiar el Sena no lograron calmar las preocupaciones de los atletas y los ciudadanos. La campaña #JeChieDansLaSeineLe23Juin reflejó el descontento de los parisinos con los costos del proyecto. Las pruebas realizadas por el grupo de monitoreo Eau de Paris demostraron que los niveles de E. coli en el río eran peligrosamente altos, exacerbados por las fuertes lluvias que aumentaron la contaminación bacteriana.
Los riesgos de salud van más allá de las infecciones por E. coli, incluyendo enfermedades transmitidas por la leptospira, cianobacterias y enterococos. Atletas como Seth Rider adoptaron medidas inusuales para prepararse, mientras que otros, como la triatleta Emma Frodeno, sufrieron consecuencias a largo plazo por nadar en aguas contaminadas. A pesar de los esfuerzos y las medidas simbólicas de las autoridades, el Sena sigue representando un riesgo significativo para la salud de los nadadores.