infoinfusion 13 julio, 2017 | Hace 7 años
Las nubes cargadas han comenzado a aparecer sobre el Valle del Guadiana, de hecho en la mayor parte del Estado de Durango. Sin duda para el campo y la recarga de nuestros mantos acuíferos siempre será bendecida la lluvia, máxime si recordamos aquel año 2011 en el que vivimos una de las peores sequías registradas en nuestro país, siendo nuestra entidad una de las más afectadas por este fenómeno.
Algunas ligeras y otras no tanto, pero ya se han presentado precipitaciones pluviales que llegaron a atemperar el extremadamente cálido e inusual ambiente que habíamos venido sintiendo unos meses atrás, sin que exista -afortunadamente- por el momento, el riesgo de una sobrecarga de los cuerpos de agua que rodean a nuestra ciudad capital.
Empero algunos puntos de la ciudad han padecido encharcamientos considerables, alcanzando niveles como para poder equipararlos con inundaciones, esto debido a factores como el que Durango sigue sin contar con un drenaje pluvial adecuado, aunado a que como ciudadanos seguimos siendo irresponsables al arrojar basura en las calles, propiciando la obstrucción del alcantarillado.
Por lo pronto y de acuerdo a los pronósticos de la Comisión Nacional del Agua, la probabilidad de que se registren lluvias se mantiene alta, con milímetros de precipitación que podrían elevarse cuantiosamente. Así pues, existe un potencial de tormentas que estarían a punto de ocurrir en cualquier momento sobre Durango capital.
Mientras en esta ciudad nos mantenemos expectantes de las condiciones climatológicas, a nuestra memoria regresa el triste recuerdo de aquella madrugada de inundación que se registrara a finales de septiembre del año pasado, en la que hubo pérdidas humas y cuantiosas afectaciones. Cinco muertos, entre ellos un menor de edad, además de un considerable número de damnificados, fueron resultado de esta catástrofe sin precedentes para la cual no estábamos preparados.
La ciudad de Durango colapsó literalmente en casi todas sus vialidades y asentamientos humanos; el agua corrió como verdaderos ríos en cantidades nunca antes imaginadas. Una verdadera tragedia la que se vivió en la capital del Estado, en la que los servicios de auxilio resultaron minúsculos en comparación a las necesidades de la población en desgracia.
Muchos fueron los hogares que se inundaron y bastantes también los automóviles que quedaron varados por todos los rumbos de la ciudad, dejando incuantificables pérdidas materiales. El desborde de la llamada presa “El Hielo” fue el que generó la declaratoria de emergencia, sin embargo, a casi un año del lamentable suceso, ¿qué se ha hecho para que ésta deje de ser un riesgo para la población?
Aquella no fue la primera vez que la presa desbordó, las más reciente fue en el 2002 y desde entonces no había existido autoridad que resolviera esta problemática. Esta vez les tocó a los gobiernos del cambio enfrentar la situación. Tanto el gobernador José Rosas Aispuro Torres, como el alcalde José Ramón Enríquez Herrera, anunciaron importantes proyectos para dar solución y reducir los riesgos de inundación, sin embargo un año es poco tiempo.
De manera preventiva y para garantizar la seguridad de los habitantes de la zona, en mayo de este año ambas autoridades iniciaron los trabajos de reconstrucción del canal Temazcal, además de llevar a cabo el desazolve y limpieza de la presa “El Hielo”. Desde que fue activado el código rojo y hasta la fecha se ha hablado mucho de la reubicación de familias que viven cercanas a la presa, sin embargo, todavía se puede ver a muchos viviendo ahí, peor aún, hay quienes siguen vendiendo terrenos en el lugar.
EN LA BALANZA.- Es entendible que una obra de modificación requiera tiempo y una gran cantidad de recursos financieros; sin embargo la reubicación de la gente que está en situación de peligro, incluso algunos viviendo al borde de la cortina de la presa “El Hielo”, es primordial porque muy a pesar de que se puedan realizar las adecuaciones, las condiciones de riesgo son prevalecientes ya que siempre existirá la posibilidad de que sea superada la capacidad de la presa.
CERROS SECOS Y PELONES… El parque Raymundo del municipio de Lerdo está en el total abandono. La última avenida del río Nazas dejó muchas afectaciones en este paseo tradicional de los laguneros, mientras todavía es hora que la alcaldesa María Luisa González Achem no se pone las pilas para rehabilitarlo.
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