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infoinfusion 19 julio, 2023 | Hace 2 años

Descubren ritos de “Magia de la Muerte” en cueva de Jerusalén

Descubren indicios de “magia de la muerte” en las cercanías de Jerusalén gracias a una investigación reciente publicada en la revista Harvard Theological Review.

Los arqueólogos que exploraron la cueva Te’omim, ubicada a unos 30 kilómetros al oeste de la ciudad, encontraron artefactos sorprendentes que datan de los siglos II al IV d.C. Entre ellos se hallaron cráneos humanos antiguos, lámparas de aceite y partes de armas ocultas.

Estos hallazgos sugieren que la cueva pudo haber sido un “posible portal al inframundo” utilizado para realizar rituales de nigromancia o “magia de la muerte”, una práctica mística que buscaba comunicarse con los difuntos.

El origen y significado de la cueva de Te’omim se remontan a la época romana, donde se convirtió en un lugar de devoción para los paganos.

Sin embargo, los artefactos encontrados en la cueva tienen una antigüedad de al menos dos milenios más, lo que sugiere que su importancia y uso datan de épocas aún más antiguas. A lo largo de los siglos, esta misteriosa cueva ha sido escenario de leyendas y dramas históricos, siendo refugio para rebeldes judíos durante la revuelta de Bar Kokhba en el siglo II y atrayendo a visitantes desde la Edad de Bronce debido a sus cámaras cavernosas y fuente natural de agua.

La población que habitaba en la región después de la revuelta de Bar Kokhba experimentó un cambio significativo. La mayoría de los judíos fueron erradicados o expulsados por el Imperio Romano, y la región fue repoblada por individuos de diferentes partes del imperio, en su mayoría paganos provenientes de lugares como Siria, Anatolia y Egipto.

Este cambio demográfico habría llevado consigo nuevas creencias y costumbres, incluyendo la práctica de la nigromancia, que pudo haber encontrado en la cueva de Te’omim un escenario propicio para llevar a cabo sus ceremonias.

En la actualidad, los arqueólogos señalan con cautela que la cueva de Te’omim pudo haber funcionado como un oráculo local dedicado a la nigromancia durante la época romana tardía.

Los objetos encontrados, como las lámparas de aceite, cuencos, vasijas de cerámica y vidrio, además de armas como la cabeza de hacha y las dagas, fueron utilizados para prácticas relacionadas con la brujería y la magia en cuevas que se percibían como posibles portales al inframundo.

Estos elementos servían para predecir el futuro y evocar a los espíritus de los muertos, estableciendo una conexión entre los vivos y los difuntos.

La cueva de Te’omim, ubicada en las colinas de Jerusalén, presenta todas las características rituales y físicas para cumplir con este papel, proporcionando valiosas pruebas sobre la diversidad de la práctica religiosa en la época romana y la marcada diferencia entre las creencias de los politeístas y las primeras iglesias cristianas rupestres en Tierra Santa.

Con información de DW

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